Propuesta

Los recientes descubrimientos de poblaciones relictas del monito del monte (género Dromiciops) en diversos extremos de su distribución (e.g., Altos de Lircay en la región del Maule, isla Quinchao en el archipiélago de Chiloé, Chaitén y Futaleufú en el continente) (Mejias et al. 2021; Oda et al. 2019) además de los hallazgos recientes de la existencia de una nueva especie (monito de pancho, D. bozinovici) distribuida en una zona altamente afectada por la deforestación (Araucanía-Bio Bio-Maule) (Quintero-Galvis 2021), han suscitado un enorme interés del público por el estudio y conservación de estas especies. La cobertura de la prensa en torno a la biología de este “fósil viviente” durante el último año ha sido enorme, lo cual ha generado un renacimiento del interés local por los bosques y su conservación, situándose el monito como una importante especie “bandera” para la conservación. Así, como grupo especializado en este marsupial, sin querer hemos iniciado una estrecha relación con diversos actores públicos y privados (ONGs, personal Conaf y SAG, dueños de terrenos y habitantes de zonas con poblaciones de monitos) a lo largo de Chile, quienes nos ido expresando insistentemente su fuerte interés en participar de iniciativas de conservación del monito y su hábitat. Esto, desde hace aproximadamente dos años, en que realizamos un taller de difusión sobre el monito a través de la fundación Parque Katalapi. Nuestros resultados emanados del proyecto Fondecyt 1180917 muestran que los monitos, al igual que otros marsupiales Australidelphia, acumulan grasa en su cola, además del cuerpo. Esta grasa, que llega a valores máximos en otoño (~20 g, en un animal de 45g de peso), es utilizada durante la hibernación a una tasa de unos 0.15 gramos por día y tiene que alcanzar para todo el invierno, periodo durante el cual no se alimentan (Fig 1). Se sabe que el recalentamiento del sopor representa un gasto energético muy grande, que podría significar que los animales no lleguen al final de la estación si los despiertan. Muy comúnmente hemos sabido, a través de la prensa o de los propios lugareños, que los monitos son sacados de la hibernación cuando las personas los encuentran entre la leña o directamente en sus nidos. La gente piensa que están moribundos y los llevan a sus casas, donde los recalientan y alimentan .

Entonces, un objetivo de este proyecto es estimar el costo del recalentamiento en los monitos, utilizando sensores subcutáneos de temperatura y realizar experimentos en condiciones semi-naturales en nuestra estación de campo San Martín. Para lo último, se requiere de un equipo de mini-mitters de temperatura corporal inalámbrico. Además, proponemos utilizar un modelo predictivo de la condición corporal de los monitos, calibrado por nosotros como se comenta a continuación.

OBJETIVO GENERAL

Estimar el costo de recalentamiento usando modelos biofísicos, en monitos en sopor, utilizando minimitters.